El emprendedor ¿Nace o se hace?

¿Cómo voy a emprender yo, si nunca había pensado en ello?¿Es posible que sin ser mi sueño quiera lanzar un proyecto y crear mi propia empresa? ¿El emprendedor nace o se hace?

La Real Academia de la Lengua Española define al emprendedor como “Persona que emprende con resolución acciones o empresas innovadoras.”


Desde EmprendApp nos gusta más definir al emprendedor como: “superheroe resolutivo, libre, inteligente, tenaz, soñador y realista. Persona decidida, en ocasiones incomprendida pero siempre constante, capaz de identificar, diseñar y/o descubrir un nicho de mercado, organizar un plan de negocio y tirarse a la piscina con decisión y valentía, con el fin de lanzar su proyecto al mundo”.

Sabemos que es una definición soñadora, pero ¿no es cierto? ¿no es verdad que sin estos adjetivos no hay emprendedor ni empresa que se mantenga? Es por ello que, aunque está en el ADN humano varias de estas características personales, no es menos cierto que en realidad el emprendedor es una mezcla entre lo que somos y lo que queremos llegar a ser.

“Superheroe resolutivo, libre, inteligente, tenaz, soñador y realista. Persona decidida, en ocasiones incomprendida pero siempre constante, capaz de identificar, diseñar y/o descubrir un nicho de mercado, organizar un plan de negocio y tirarse a la piscina con decisión y valentía, con el fin de lanzar su proyecto al mundo”

Es por ello que resulta imposible afirmar que un emprendedor nace, o que un emprendedor se va haciendo a sí mismo. Se trata de unas gotitas de cada una de las dos opciones. Podríamos catalogar al emprendedor como una actitud en sí misma. Un espíritu que surge del desarrollo de una serie de capacidades personales.

Como decía Ortega y Gasset ”Yo soy yo y mi circunstancia; si no la salvo a ella, no me salvo yo” hacía referencia a la fuerza de dicha unión.

La que existe entre quién somos y lo que nos rodea. Es decir, cada uno de nosotros estamos condicionados , nos guste o no, por las barreras, y a su vez, por unas libertades que nos facilita el entorno. Lo mismo nos sucede a la hora de emprender.

Ni todas las personas ni todos los negocios son iguales, aunque su producto sea el mismo. La forma de crear un negocio varía en base a las persona y sus circunstancias.

Es decir, un buen emprendedor es aquel que tiene un precioso jardín de preciosas rosas llenas de espinas, para construir su nuevo proyecto. En ocasiones el aroma de la mañana, del rocío de ese jardín y de las flores frescas le hará llevar una sonrisa en la cara, y la visión de algo tan hermoso le llenará el corazón. En otras ocasiones se pinchará con las espinas, se hará heridas sobre las heridas, y deberá seguir, sin mirar atrás, luchando por su meta. 

Nuestras circunstancias, esos factores externos que determinan nuestros escenarios en la vida, también conforman nuestra identidad. No obstante, estamos obligados a tomar adecuadas decisiones para no perder nunca la perspectiva correcta.

Si en consecuencia catalogamos al emprendedor no como un determinante sino como un adjetivo, deberíamos entender que este espíritu surge del desarrollo de una serie de capacidades personales. Y no sólo tiene que ver con el hecho de desarrollar proyectos propios, sino que también hace referencia a una actitud de mejora. 

 

Seguramente a muchas personas mientras leéis esto, estáis pensando lo siguiente: “con lo bueno que soy en mi trabajo, lo bien que demuestro mis capacidades y lo poco que se valoran”. En ocasiones nos implicamos mucho en nuestro trabajo, pero también en proyectos ajenos. 

 

No obstante, todo aquel que ya trabaje en una empresa, independientemente de su tamaño, puede aportar a la misma su iniciativa y dar pie a una cultura emprendedora en todos los ámbitos. Muchas personas que lean ahora mismo estas líneas pensarán, lo bien que iría su empresa si ellos crearan algo parecido. Si es así, ¡Enhorabuena superhéroe! Eres un emprendedor de los pies a la cabeza.

 

Lo primero que tiene que hacer todo emprendedor que se precie, antes de saber si lanzarse a la piscina o no, es crear su propia guía de actuación donde realices un estudio de cómo es tu idea y como presentársela al mundo. En nuestro blog “Las claves para empezar a emprender en un negocio de éxito” encontrarás una guía de cómo comenzar a lanzar tu idea de negocio. Tan importante es tener ideas para tu negocio como plasmarlas bien. Tienes que tener en cuenta los productos y servicios que vas a ofrecer, si los vas a ofrecer de manera digital o presencial, la financiación y ayudas que necesitas, si para el marketing de tu proyecto necesitas redes sociales como facebook, instagram o twitter… Otra de las cosas que es muy importante al tener en cuenta formalizar tu idea y lanzar tu negocio es la formación. Existen cursos que pueden ayudarte para profundizar en la idea de cómo vender productos online o mediante web, métodos de venta… buscar cursos relativos a venta o formación sobre los servicios que prestes pueden ser recursos que te ayuden a lanzar y mantener tu negocio. 

 

Lo importante de todo, es que todo emprendedor que se haya nacido o se haya hecho a sí mismo como emprendedor, no debe competir con nadie, sino como a sí mismo. Debes aspirar a mejorar, a ser mejor de lo que eras antes. Desafortunadamente y afortunadamente a la vez SIEMPRE va a haber alguien mejor que nosotros.

No te estanques, avanza y mejora día a día. Y sobre todo recuerda que no estás solo. EmprendApp te ayuda y te entiende. Recuerda que somos una app de emprendedores hecha para emprendedores. No solo nosotros, en nuestra red social encontrarás muchos emprendedores y proyectos que pueden ayudar a inspirarte y en los que puedes colaborar. Y por supuesto, si necesitas ayuda o asesoramiento no dudes en preguntarnos lo que necesites. ¡A por ellos superhéroe!